En el marco de la cuarta Conferencia Internacional IARSE 2013 “Entender, Comprender, Liderar: El Poder de la Inspiración” tuvimos la posibilidad de entrevistar a Marina Silva, Coordinadora General y Portavoz de Rede Sustentabilidade. La líder ambientalista expone su visión en torno a la sustentabilidad, opina sobre la actualidad del mundo empresarial y concluye que la sociedad debe dirigirse hacia una valoración colectiva.
¿Qué evolución ha tenido la sustentabilidad y la responsabilidad social empresaria como modelo de gestión en las empresas y las organizaciones en general?
Hay una cantidad significativa de empresas que han comenzado a entender que la sustentabilidad no puede ser percibida solamente como una manera de hacer las cosas; debe ser entendida como una manera de ser traducida a la vida de las empresas, a sus productos, a sus materiales, a sus procesos. No es bueno cuando los temas sociales y ambientales son tratados apenas como marketing, como propaganda. Deben ser constituidos como parte de una narrativa que nace intrínsecamente ligada a la visión que la empresa tiene de la responsabilidad ambiental, de la responsabilidad social. Esto tiene también que ver con las exigencias que están hechas hoy por los ciudadanos y ciudadanas que requieren de esos productos; cada vez más las personas quieren valores asociados a esos productos. Antes el criterio era: ¿Tiene cualidades técnicas? ¿Tiene una buena presentación estética? Si fuera un alimento ¿Tiene valor sanitario o nutricional? ¿El costo es bajo? Ahora, además de eso, las personas quieren saber si tiene cualidades éticas, si respetan los derechos de los niños, si respetan el medio ambiente, si tienen un compromiso con las generaciones futuras… Y eso se está constituyendo en un valor para las personas de manera general. Con certeza será una cuestión de tiempo que estos sean valores que apliquen todas las empresas.
¿Cómo debe ser la visión de un líder del sector empresarial para comprender estos nuevos modelos de gestión?
Creo que los liderazgos empresariales deben pasar, y con certeza algunos ya están pasando, por un proceso que -como dice mi amigo argentino Jorge Gonçalves da Cruz- es de discontinuidad productiva. Es un cambio en la forma de hacer las transformaciones; porque van a haber cosas que se deban discontinuar e iniciar otras formas de hacer. Es una especie de desadaptación creativa. Estamos adaptados para producir energía, pero no petróleo y gas… Tenemos que desadaptarnos y discontinuar eso, y crear otras formas de generación de energía. Yo creo que un líder va a tener que estar cada vez más abierto para ese proceso de desadaptación creativa y hacer un dislocamiento para las nuevas necesidades de las personas y el planeta.
Creo que cada vez más el consumo se va a desmaterializar, y esa es la única chance de salvar el planeta, porque nuestra capacidad infinita de desear fue asociada a desear cosas y el planeta no puede suplir eso. Pero si hacemos un dislocamiento de la capacidad infinita de desear y tener hacia el ideal de ser, entonces el consumo se va a desmaterializar y va a continuar siendo material aquello que es esencial, como los alimentos, la vivienda; en fin, cosas que tengan más durabilidad. Así, la gente va a comenzar a usufructuar otra libertad. Hay límites para todo, pero no hay límites para ser más creativos, no hay límites para ser más eruditos, no hay límites para ser mejor jugador de fútbol.
Yo creo que los grandes negocios que han surgido en las últimas décadas han sido aquellos que en vez de lidiar con cosas, comienzan a lidiar con lo simbólico, con lo relacional. Internet es un ejemplo, millones y millones son producidos por una cosa muy simple; las personas quieren conversar, las personas quieren compartir. Una forma intangible de demanda genera riquezas inimaginables.
¿Cuáles son los desafíos que aún quedan por forjar en la articulación entre el sector público y el sector privado para avanzar en estos nuevos modelos de gestión basados en la sustentabilidad?
Una cosa importante que precisaremos crear es una cultura de transparencia y visibilidad. Reivindicamos mucho la transparencia, pero muchas veces las cosas transparentes no son vistas, porque es tan translúcido que no se ve. Creo que cuanto más el Estado y las empresas trabajen en mecanismos de transparencia y visibilidad, más comodidad habrá en esa relación. En otra cosa que insisto es que el Estado y las empresas deben dejar, sobre todo el América Latina, no se aquí pero en Brasil, esa idea de oposición entre Estado proveedor y Estado fiscalizador en esa relación con las empresas. Las empresas critican al Estado cuando se coloca en un lugar de proveedor, y muchas veces exigen que el papel del Estado sea apenas el de fiscalizador. Pero cuando problemas graves ocurren en la economía, ellos son los primeros en pedir que el Estado intervenga, sobre todo con dinero y recursos. Entonces, llego a la conclusión de que es Estado no debe ser proveedor ni fiscalizador, debe ser una especie de Estado movilizador que sea capaz de movilizar lo mejor de sí mismo, lo mejor de las empresas, lo mejor de la academia, lo mejor de la creatividad social para que podamos juntos crear ese nuevo modelo posible.
¿Qué significa para Ud. el surgimiento de espacios donde se debata sobre estos temas, como la Conferencia Internacional IARSE?
Significa la posibilidad de generar un diálogo, de generar un espacio de hétero estima*. Porque hay mucha gente que está haciendo cosas interesantes, pero aún en escala pequeña. Para la mayoría de las personas que tiene la lógica del dinero por el dinero, del poder por el poder, es como si fuesen personas ingenuas, que no vale la pena hacer eso porque van a perder tiempo, van a perder dinero… Pero cuando esas personas se encuentran en un mismo espacio, ellas sienten que otras también están haciendo. Entonces se crea un espacio de hétero estima* entre aquellos que están en la búsqueda de nuevas formas de producir y consumir y crea también un quiebre en la mentalidad de aquellos que aún no están participando.
Es un proceso de entendimiento, de convencimiento, de involucramiento. Mi amigo Jorge, un psicoanalista argentino, dice que no existe la autoestima… Es necesario también que la gente tenga igualdad con las otras personas, que lo escuchen otras personas, tener el respeto de las otras personas para sentirnos bien con aquello que estamos haciendo. Todos estos espacios son posibilitadores de esas nuevas formas de percibirnos y percibir a los otros. Por otro lado, me gusta mucho la idea de que la verdad no está fuera de nosotros, está entre nosotros. Es interesante, en portugués “nos” significa nosotros y también es el plural de no. Entonces, es en ese espacio entre “nos”, donde se encuentran las verdades.
*Estima colectiva. Lo contrario al auto estima.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario