Escrito por Helen Clark, el 24 Junio 2010
Para quienes viven en la pobreza, los Objetivos de Desarrollo del Milenio no han sido nunca objetivos abstractos o meras aspiraciones, sino que constituyen el camino hacia una vida mejor.
(Nueva York) DENTRO DE MENOS DE 100 DÍAS, los dirigentes mundiales se reunirán en Nueva York para asistir a una cumbre especial de examen de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El camino fijado en esta Cumbre ayudará a determinar la dirección que seguirá el progreso hacia la consecución de los Objetivos.
Para quienes viven en la pobreza, los Objetivos de Desarrollo del Milenio no han sido nunca objetivos abstractos o meras aspiraciones, sino que han constituido una vía hacia una vida mejor: una vida con acceso a una alimentación y unos ingresos adecuados, a unos servicios básicos de educación y salud, a servicios de agua potable y saneamiento y al empoderamiento de la mujer. En pocas palabras, el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio es un hito importante en nuestra búsqueda de un mundo más justo y pacífico.
De modo que hay mucho en juego. En septiembre de 2010, el objetivo que deben tratar de alcanzar los dirigentes mundiales durante la Cumbre es acordar un programa de acción concreto que pueda conducirnos con éxito al año 2015.
Hay una serie de políticas probadas y verificadas capaces de garantizar el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Si estas políticas cuentan con el respaldo de unas alianzas mundiales sólidas, el mundo podrá lograr los Objetivos.
EVALUACIÓN INTERNACIONAL
“Para acelerar y sostener los avances, las estrategias de desarrollo deben estar controladas localmente y deben basarse en un amplio consenso nacional”
Sobre la base de una serie de estudios realizados en 50 países, entre los que cabe mencionar más de 30 estudios pormenorizados encargados especialmente con este fin, en la Evaluación del PNUD se identifica lo que ha funcionado en la consecución de los ODM y se destacan los problemas comunes que obstaculizan el avance, tanto a escala nacional como internacional.
A partir de este análisis, proponemos un programa de acción de ocho puntos para acelerar y sostener los avances hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se realicen en los próximos cinco años.
Esperamos que esta evidencia y este programa para acelerar el ritmo hacia la consecución de los Objetivos influyan positivamente en los resultados de la cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio que tendrá lugar en Nueva York en septiembre de 2010.
Si bien todo programa de acción debe adaptarse al contexto único de cada país, nuestros análisis y nuestra experiencia hasta la fecha nos permiten destacar ocho ámbitos y oportunidades comunes de acción prioritaria.
APOYAR EL DESARROLLO IMPULSADO POR LOS PAÍSES
“Impulsando la producción agrícola se puede reducir la pobreza y mejorar, al mismo tiempo, la seguridad alimentaria”
Para acelerar y sostener los avances, las estrategias de desarrollo deben estar controladas localmente y deben basarse en un amplio consenso nacional. Esto resulta muchísimo más fácil cuando las instituciones de un país son responsables, tienen capacidad de respuesta y cuentan con la capacidad necesaria para aplicar las políticas y los programas relativos a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Albania, por ejemplo, aprobó un Objetivo adicional, el Objetivo noveno, para reforzar la buena gobernanza y mejorar la rendición de cuentas. Esto implica reformar los sistemas estatales de administración pública, la legislación y las políticas para mejorar su funcionamiento y obtener resultados en materia de desarrollo.
Los asociados para el desarrollo pueden ayudar apoyando una planificación del desarrollo inclusiva que refleje las perspectivas de las personas pobres y marginadas; y también apoyando el fortalecimiento de las capacidades locales y nacionales necesarias para movilizar recursos, prestar servicios y adoptar decisiones políticas basadas en pruebas.
CRECIMIENTO ECONÓMICO INCLUSIVO
La evidencia indica que la reducción rápida de la pobreza y el hambre es el resultado de un crecimiento económico que genere puestos de trabajo y se centre específicamente en la agricultura en aquellos países en los que un gran número de personas viven de la tierra. También sirve de ayuda una justa distribución de los ingresos, los activos y las oportunidades.
“Se deben implementar medidas que reduzcan la carga de las actividades domésticas y liberen a las mujeres para que puedan generar ingresos”
En el mundo en desarrollo, 2.500 millones de personas dependen de la agricultura para ganarse la vida. Impulsando la producción agrícola se puede reducir la pobreza y mejorar, al mismo tiempo, la seguridad alimentaria. Para ser más productivos, los granjeros necesitan fertilizantes, semillas, servicios de extensión, garantías con respecto a los derechos sobre la tierra y acceso a los mercados.
Ghana constituye un buen ejemplo de lo que ha funcionado en este ámbito. Este país ha logrado, a través de un programa de subvenciones para fertilizantes de ámbito nacional, aumentar su producción de alimentos en un 40%. Esta iniciativa ha contribuido a la reducción del hambre en un 9% registrada en Ghana entre 2003 y 2005.
Para aumentar la producción agrícola también se requieren mejoras en las infraestructuras rurales. Asimismo ayudaría que la serie mundial de conversaciones comerciales concluyera de una forma favorable para las personas y los países pobres.
En las últimas décadas se ha observado una drástica reducción de la cuota de asistencia oficial para el desarrollo destinada al sector agrario. No obstante, el acuerdo alcanzado por el Grupo de los Ocho en L’Aquila en 2008 para invertir en la seguridad alimentaria mundial fue un paso muy positivo a la hora de frenar esa tendencia. Ahora es imperativo que los asociados cumplan oportunamente los compromisos asumidos en L’Aquila.
MEJORAR LAS OPORTUNIDADES DE NIÑAS Y MUJERES
Este será un factor determinante para el avance de todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La evidencia demuestra, por ejemplo, que los niños nacidos de mujeres con algún tipo de educación escolar tienen más probabilidades de sobrevivir a su quinto cumpleaños, recibir una nutrición adecuada, y ser inmunizados y matriculados en la escuela.
Por ejemplo, en Vietnam, país que he visitado recientemente, los hijos de madres con educación primaria presentan una tasa de mortalidad de 27 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, mientras que para aquellos cuyas madres carecen de educación la tasa asciende a 66 muertes por mil.
El empoderamiento de las mujeres y las niñas debe ser una de las principales prioridades y debe incluir medidas que reduzcan la carga de las actividades domésticas y liberen a las mujeres para que puedan generar ingresos, cuidar de sus hijos, y enviar a sus hijas a la escuela, además de ofrecerles una mayor autonomía política.
Algunos países están abordando esta última cuestión mediante la introducción de cuotas constitucionales para las mujeres. Un caso digno de mención es Rwanda, que tiene la mayor proporción de mujeres parlamentarias del mundo: más del 50% de los funcionarios electos en la Cámara de Diputados y el 35% del Senado son mujeres. Asimismo, las mujeres constituyen el 36% del Gabinete de Rwanda.
AUMENTAR LAS INVERSIONES EN SALUD Y EDUCACIÓN
Se han producido rápidas mejoras en los ámbitos de la educación y la atención de la salud en países donde se ha contado con una inversión pública adecuada acompañada de la eliminación de los derechos cobrados a los usuarios. Países como Etiopía, Ghana, Kenya, Mozambique, Malawi, Nepal y la República Unida de Tanzanía, por ejemplo, experimentaron fuertes incrementos de las matriculaciones en la escuela primaria tras la eliminación de los derechos cobrados a los usuarios.
Las nuevas alianzas mundiales han incrementado la inmunización masiva, la distribución de mosquiteros y medicamentos antirretrovirales para las personas que viven con el VIH/SIDA, y la asistencia especializada en el parto.
Por ejemplo, entre 2000 y 2008, han sido vacunados contra el sarampión 700 millones de niños en todo el mundo, gracias a lo cual se ha reducido la mortalidad en un 68% durante el mismo período.
Sabemos que estas intervenciones funcionan. Ahora lo que necesitamos es un esfuerzo concertado para llevarlas a la práctica y garantizar unos resultados sostenidos, incluso en momentos de recesión económica.
AMPLIAR LA PROTECCIÓN SOCIAL Y LOS PROGRAMAS DE EMPLEO
Los programas de transferencias de efectivo Bolsa Familia de Brasil y Oportunidades de México han aumentado las tasas de matriculación y de asistencia a la escuela, reduciendo asimismo el trabajo infantil. Sus éxitos en la educación se lograron con la ayuda de de incentivos en efectivo para la matriculación de los niños en la escuela.
En lugar de considerarse una sangría para el presupuesto nacional, la protección social debe contemplarse como una inversión crítica para aumentar la resistencia para hacer frente a crisis presentes y futuras, y preservar los avances logrados con tanto esfuerzo en materia de desarrollo.
AMPLIAR EL ACCESO A LA ENERGÍA LIMPIA
La ampliación del acceso a la energía tiene un efecto multiplicador en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Aumenta la productividad, reduce las muertes relacionadas con la contaminación, lleva el alumbrado a los hogares, las escuelas y los hospitales y libera a las mujeres y las niñas de tareas domésticas que llevan mucho tiempo, como moler el grano.
La ampliación del acceso a la energía en Burkina Faso, Ghana, Malí y el Senegal ha creado oportunidades de generación de ingresos para las mujeres, reduciendo así el tiempo que dedican a recoger leña o a traer agua, y a otras tareas domésticas.
En una época de restricciones del carbono, un crecimiento basado en la reducción de la huella de carbono también es vital para todos los países. Para lograrlo, es esencial alcanzar un acuerdo climático que genere una financiación importante para las soluciones energéticas y de desarrollo con bajas emisiones de carbono. No debemos permitir que esta cuestión se elimine de la lista internacional de prioridades.
MOVILIZACIÓN DE RECURSOS NACIONALES
Mejorar la movilización nacional de recursos es esencial para acelerar el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ya sea mediante la mejora de la recaudación de impuestos, la ampliación de la base fiscal o a través de otros métodos innovadores.
También es necesario que los recursos se gasten bien. Los países deben evaluar y ajustar periódicamente sus presupuestos para obtener el máximo rendimiento de su inversión de dinero público.
COMPROMISO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
La comunidad internacional tiene que cumplir sus compromisos de prestar asistencia al desarrollo, así como de mejorar la previsibilidad y eficacia de la ayuda.
Una asistencia previsible y con destinatarios concretos actuará como un catalizador para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio y ayudar a los países a crear las capacidades y los programas que necesitan para atraer inversiones privadas y probablemente nuevas fuentes de financiación para hacer frente al cambio climático.
El desfase entre la asistencia al desarrollo prevista para 2010 y la que se prometió en la reunión del Grupo de los Ocho celebrada en Gleneagles en 2005 asciende al 0,05%, aproximadamente, de la suma de los ingresos nacionales brutos de los países desarrollados en 2010. Este desfase puede y debería reducirse, incluso en estos tiempos difíciles. Algunos países están cumpliendo sus compromisos, pero otros no lo están haciendo.
EL PNUD Y EL MARCO DE ACELERACIÓN
Confiamos en que los Estados Miembros que negocien las conclusiones de la cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio acuerden un programa de acción que refleje la evidencia de lo que funciona e incluyan iniciativas audaces en los ocho ámbitos prioritarios señalados en la Evaluación internacional.
Los equipos del PNUD en los países están ensayando actualmente un instrumento de aceleración de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para complementar este informe sobre la evaluación. Este plan puede ayudar a los gobiernos, a los equipos de las Naciones Unidas en los países y a otros asociados para el desarrollo, a identificar dónde están los obstáculos reales al progreso y qué políticas podrían resultar más eficaces para superarlos.
Durante mi primer año en el PNUD me ha impresionado mucho la ambición de las personas de todo el mundo en desarrollo para transformar sus perspectivas.
Es importante celebrar la consecución de los Objetivos. Por ejemplo, la República Unida de Tanzanía ha podido aumentar su tasa de matriculación muy por encima del 90% desde 1991; Sudáfrica ha reducido a la mitad el porcentaje de personas sin acceso al agua potable, los índices de pobreza han descendido a la mitad en Egipto desde 1999 y Bangladesh ha reducido la tasa de mortalidad materna con respecto a la tasa de hijos nacidos vivos en un 22% desde 1990.
CUMPLIR LA PROMESA DE LOS ODM
Por lo tanto, se han realizado progresos desde que hace un decenio se anunciaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero ese progreso ha sido desigual entre los Objetivos y entre regiones y naciones. Si queremos lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, 2010 debe ser el punto de partida de cinco años de progreso acelerado.
Es cierto que la recesión mundial, las crisis alimentaria y energética y los retos del cambio climático y los desastres naturales en general han complicado el camino hacia 2015. Pero estos obstáculos no impedirán alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio si todos juntos decidimos que queremos lograrlos.
No debemos desaprovechar ahora las oportunidades de avanzar limitando nuestra ambición y echándonos las manos a la cabeza con desesperación ante los obstáculos. Unas alianzas mundiales más sólidas pueden acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Lograr los Objetivos significa ofrecer una vida mejor a miles de millones de personas. Las decisiones que tomen nuestros países, comunidades y organizaciones son esenciales para cumplir la promesa de los ODM.
Visita la pagina "metele un gol a la pobreza" con los Embajadores de Buena Voluntad del PNUD Didier Drogba y Zinedine Zidane.
Lea un resumen ejecutivo de la Evaluación Internacional ¿Qué se necesita para alcanzar los ODM?
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