Esta semana se difundió por distintos ámbitos una carta de John Ruggie, representante del Secretario General de la ONU para Asuntos de Derechos Humanos y Empresas Multinacionales, en la que critica ciertos enfoques del borrador de la próxima Guía ISO 26000. Aunque destaca que la Guía señale a los Derechos Humanos como parte sustancial de la RSE, el experto sostiene que vincular la responsabilidad social a un concepto tan ambiguo y manipulable como la “esfera de influencia” de las empresas le quita coherencia a la herramienta, y no condice con los lineamientos de la ONU en Derechos Humanos. En su visión, no se puede atribuir responsabilidades sobre la base de un concepto tan débil.
Para Ruggie, es una buena iniciativa que la ISO genere una herramienta de promoción como ésta; considera que en líneas generales está en sintonia con los mandatos de la ONU sobre Derechos Humanos y Empresa pero, a la vez, analiza algunas "inconsistencias" que a su entender tiene la Guía a la hora de delimitar la responsabilidad de las empresas en asuntos sociales y de Derechos Humanos.
"La referencia al concepto de "esfera de influencia" en la sección de derechos humanos corresponde en líneas generales con la forma en que se describe en el marco de la ONU: a saber, que puede ser una herramienta útil en la identificación de oportunidades de apoyar los derechos humanos, pero que la influencia de por sí no es una base adecuada sobre la que atribuir responsabilidades específicas en materia social a las empresas", enfatiza en uno de los párrafos de la carta.
Para el también académico de Harvard "el proyecto de orientación es internamente incoherente en este tema, y más allá de la Sección de Derechos Humanos, el resto es incompatible con el marco de la ONU en este ámbito. Esto va a enviar mensajes contradictorios y confusos a empresas que buscan comprender sus responsabilidades sociales, y sobre las cuales los interesados tratan de hacer que rindan cuentas".
Ruggie también advierte que esta ambigüedad puede ser peligrosa en lo que atañe al vínculo de "influencia" de las empresas por sobre los Gobiernos.
"La fusión de la influencia y responsabilidad en algunas partes del documento de orientación es contraria al marco de la ONU. En el marco, el alcance de la responsabilidad de una empresa se determina por el impacto de sus actividades sobre los derechos humanos, y por cómo la empresa puede contribuir al abuso a través de las relaciones conectadas a sus actividades", concluye el polémico texto del asesor de Ban Ki-moon.
Fuente: Comunicarse
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