Fuente http://www.arq-sustentable.com.ar/
Hicimos un reportaje a la arquitecta Macarena Tomietto quien está trabajando en varios proyectos de arquitectura sustentable tanto en argentina como en el exterior. Además es docente de la Materia Diseño arquitectónico de la cátedra de los arquitectos Carlos Lebrero y Daniel Miranda en la FADU-UBA. En esta nota reflexionaremos sobre la importancia de una arquitectura sustentable para todos y la hipótesis de estar frente a un verdadero cambio de paradigma.
¿Este fenómeno cambiará la forma tradicional de hacer arquitectura?
En estos últimos tiempos venimos escuchando cada vez más que se habla sobre energías alternativas, cambio climático, etc. Dicho fenómeno se relaciona con brindar soluciones para evitar la creciente contaminación del medio ambiente. Nosotros como creadores de hábitat no podemos hacer oídos sordos ya que el 39% del total de la contaminación está representado por la industria de la construcción. Los arquitectos nos encontramos frente a un cambio sin retorno donde la creciente complejidad del escenario energético global nos desafía y los tiempos hacia una nueva arquitectura con criterio sustentable se aceleran. Esto hace que juguemos un rol protagónico y tengamos que convencernos sobre la importancia de la industria de la construcción en el mejoramiento de la calidad de vida de la gente. Así, esta nueva disciplina de “arquitectura sustentable” debería verse como una oportunidad de cambio en sentido positivo.
En nuestro contexto: ¿el cambio es posible o es simplemente una meta inalcanzable?
En nuestra realidad donde las políticas oficiales no ayudan y donde la alta tecnología es un lujo que pocos pueden aplicar parece, a simple vista, difícil de proponer. Está presente el mito de que la arquitectura sustentable es más costosa que la convencional y creemos que una casa es ambientalmente amigable porque tiene un panel solar en su cubierta. Lo cierto es que el cambio es posible gracias a un diseño arquitectónico que considere su entorno inmediato y desde el planeamiento de la obra evitando desperdicios y procesos innecesarios. En todos los casos hablamos de plantear e instrumentar medidas de eficiencia energética desde la planificación e integrarlas en el proceso proyectual. Esto nos empuja a ofrecer un nivel superior de diseño que sea integrador de disciplinas. El diseño responsable deberá comenzar a estar presente en los talleres de arquitectura de la facultad como uno más de los tantos layers que uno debe manejar cuando se enfrenta a un nuevo proyecto.
¿Y en el caso de la vivienda social esto es posible?
Todo esto suena bastante utópico cuando en nuestro país sufrimos un déficit habitacional crónico. Suele darse en la mayoría de los casos que quienes acceden a viviendas bajo planes sociales no pueden mantenerlas debido al alto costo de mantenimiento operativo y terminan siendo un fracaso. Lo mismo sucede con las escuelas rurales. Brindar una solución concreta que integre las energías alternativas hoy es fundamental. La arquitectura del gran gesto o del derroche son asuntos del pasado. Hoy los arquitectos debemos reflexionar el tema desde una visión amplia que integre al diseño los aspectos sociales y medioambientales. En nuestro caso estamos llevando adelante un proyecto de viviendas sociales sustentables y creemos que además de posible es necesario. Evidentemente sale a relucir una nueva faceta del profesional de la construcción que además de diseñar y construir deberá mediar y gestionar entre las diferentes esferas que interactúan: la esfera social, la económica, la medioambiental y también la esfera política.
¿Podría decirse entonces que la arquitectura del star system ha quedado atrás?
Definitivamente creo que esa arquitectura de los arquitectos estrella como el caso de Zaha Hadid o Frank Gehry ha sido erróneamente endiosada por varios años. Es innegable el valioso aporte de este tipo de arquitectura, sobre todo en cuestiones de desarrollo morfológico y de tecnología. El asunto está en ver el diseño como un medio para resolver cuestiones concretas pero pareciera que por un largo rato se lo vio como un fin en sí mismo. A lo largo de la historia de la arquitectura se dió que muchas de las obras emblemáticas, casos estudiados en la facultad hasta el cansancio, han sido las que más quejas de sus clientes o usuarios han recibido. Esa falencia es la que hoy hace que esta arquitectura se lea como poco flexible, comprometida e incluso algo frívola.
¿Es válido hablar de un cambio de paradigma?
Para muchos críticos estamos en pleno proceso transformador entre el final de una época y el comienzo de otra. Este fenómeno se está dando no solo en la arquitectura sino en todas las disciplinas y tiene que ver con una sociedad más solidaria que está tomando consciencia. Además desde el punto de vista medioambiental ya estamos sufriendo las consecuencias del cambio climático y debemos tomar cartas en el asunto de manera urgente, cada uno desde el lugar donde se encuentre. En nuestro caso, como dijimos anteriormente, la industria de la construcción es altamente nociva así que nuestro desafío tanto como profesionales y ciudadanos es doble.
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