viernes, abril 01, 2011

Educación: causa colectiva. Por Carlos D. Tramutola, Fundador de Cimientos

Las trayectorias educativas de las personas tienen alta correlación con la calidad del trabajo que desempeñan de adultos y a su vez inciden en la capacidad de la economía nacional de generar mayor valor agregado. También se ha demostrado la influencia que tiene sobre la salud y la nutrición infantil y sobre la seguridad pública. Por otra parte, una buena educación contribuye a la formación de la ciudadanía y por lo tanto al mejor funcionamiento del sistema democrático.


Pero si la Educación es tan básica para el desarrollo económico, social y político de una nación, ¿por qué la sociedad argentina no exige más y mejor educación a sus dirigentes actuales y potenciales, en todos los ámbitos de acción y áreas geográficas?

Tenemos muchísimos ejemplos de docentes maravillosos que cumplen abnegadamente sus funciones aun en condiciones desfavorables. También chicos y adolescentes que no se resignan rápidamente a abandonar la escuela cuando las condiciones socioeconómicas los impulsan a ello, tal como lo demuestran los efectos positivos de los programas que desarrolla Cimientos sobre los índices de deserción y sobre el aprendizaje. También es cierto que en los últimos años se han asignado recursos económicos crecientes a la Educación.

Pero los resultados muestran que el sistema educativo argentino en su conjunto viene declinando desde hace tiempo con dos síntomas muy evidentes:

• UNA INEQUIDAD CRECIENTE: en la reciente prueba internacional PISA la Argentina es el país donde los niveles socioeconómicos son los que más explican la variación de los resultados. Además, existen otros fenómenos, como alto abandono escolar, en la población más vulnerable.

• UNA CALIDAD DECRECIENTE: con respecto a otros países desarrollados y latinoamericanos, tal como se observa en las pruebas PISA que se han realizado desde el año 2000, como también en otras pruebas nacionales y latinoamericanas.

Hay muchos trabajos publicados al respecto que pueden ser solicitados a Cimientos.

Existe gran cantidad propuestas para cambiar esta tendencia declinante, no todas coincidentes pero todas exigen una gran determinación y constancia. Es difícil que surjan espontáneamente de los dirigentes porque, como dijo el actual presidente de Uruguay, “El esfuerzo en Educación no luce para un gobierno, produce resultados a largo plazo, genera conflictos y detrae recursos de otras áreas”, aunque agregó… “pero hay que hacerlo por los chiquilines”.

En consecuencia, lo que se necesita es que la Educación se convierta en una CAUSA COLECTIVA (1), para que los dirigentes o candidatos a serlo sientan que si no responden priorizando la Educación y con propuestas concretas pueden perder parte de su soporte.
Para esto los individuos debemos actuar en dos frentes simultáneamente: por una parte, apoyando con los medios que cada uno tiene disponibles programas que contribuyan a morigerar la inequidad y a mejorar la calidad de la educación en los segmentos o zonas en que se desarrollan y convenciendo a mucha gente de esta necesidad para evitar que la situación empeore.

Por otra parte, reclamando que la educación se convierta en una CAUSA COLECTIVA y exigiendo a los funcionarios públicos y a los dirigentes políticos, sindicales, empresariales, nacionales, provinciales y municipales, que prioricen la educación, presentando propuestas y metas medibles para tener una Educación de Calidad para Todos en un plazo que no tiene por qué superar una década.

Como dicen los brasileños: esto se hace entre usted, yo y todos.

(1) Expresión que tomo de un artículo del Dr. Bernardo Kliksberg

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