sábado, abril 11, 2015

El investigador Alexander Laszlo recomienda a los empresarios salir a buscar la rentabilidad en la generación de intereses productivos.

El mundo está viviendo un cambio de paradigmas. Y el ámbito de los negocios es parte: más interconectado, más poblado, con flujos de capital que, en segundos, pueden cambiar de continente. Con bienes cuyos consumidores compran en los confines del mundo, las empresas están expuestas a exigencias para las que las recetas tradicionales ya no aplican. La salvación no radica en hacerse más fuerte que la competencia, más indispensable para el consumidor o presente en más mercados. Las nuevas reglas del juego exigirán salirse del autofoco y relacionarse como parte de un sistema interdependiente.
Más que una visión filosófica, el análisis responde a la visión que el científico de origen suizo Alexander Laszlo compartió en una reciente visita a Buenos Aires. El investigador (London School of Economics, Departamento de Educación de EE.UU., Unesco) y sociólogo nacionalizado estadounidense es presidente de la Sociedad Internacional de Ciencias Sistémicas, que fomenta la investigación y el desarrollo de respuestas sistémicas, sustentables y éticas para un mundo en cambio.
Invitado por los alumnos del Instituto Tecnológico de Buenos Aires, participó de las jornadas del South American Business Forum. En ese marco, dialogó en exclusiva con Management y proyectó el futuro de los negocios. Su principal reclamo: ampliar la visión. "Somos una especie global. Sin embargo, preservamos y funcionamos con costumbres provinciales, persiguiendo nuestros propios intereses, sin considerar su impacto global", especificó. No obstante, no exigió un fin del capitalismo, sino "evolucionarlo y adaptarlo".
Ese camino pasa, principalmente, por apuntar a la rentabilidad y hacerse cargo de las externalidades que genera la actividad comercial y productiva. "Deberíamos preguntarnos si estamos produciendo a una tasa reproducible y si las otras especies y la naturaleza se pueden adaptar a este nivel de consumo", especificó.
Redes productivas
El científico recordó que, hasta hace poco, las compañías se creaban con el único objetivo de durar y ser más fuertes que la competencia. La llegada de la era de la innovación generó el siguiente paso evolutivo hacia la innovación disruptiva. "En un futuro multidimensional y complejo, una compañía ya no puede depender de su fuerza y velocidad", sostuvo. "Para sobrevivir, deberá saber co-evolucionar con su pares, generar ecosistemas, redes, de intereses productivos, cuyos integrantes ganan por igual".
Para probar su visión, dio ejemplos como el de las microempresas familiares del sector textil del norte de Italia: "Sobrevivieron contra el poder de marcas gigantes, generando constelaciones de redes interactivas y flexibles de producción, que reconfiguran, entre ellas, la cadena de producción para adaptarse a cada cambio de condiciones de la demanda".
Lazlo reconoció que, para lograr ese resetting empesarial, la figura del CEO cargará con el principal peso. Tironeado entre la escuela de pensamiento de velar por los intereses de sus accionistas, deberá liderar su organización hacia un nuevo mundo: "Con que logre preguntarse y seguir el orden ético de hacer negocios estaría muy bien. ¿Estamos cumpliendo con todas las leyes? ¿Cómo somos más eficientes y efectivos?". A aquellos que se mantienen firmes en la idea de priorizar la ventaja del pionero de Schumpeter, el investigador recordó que se enfrenta puertas adentro a un cliente cada vez más informado, jóven y adscripto a valores que no se definen por el ingreso. La empresa del futuro deberá buscar otro eje para su existencia, apoyada tanto en su propia creatividad como en la conexión con sus pares.

Fuente: http://www.cronista.com/management/La-red-del-futuro-20140924-0005.html

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