jueves, marzo 03, 2011

El impacto de saber lo que queremos

Saber lo que queremos, tener claridad interna del futuro que deseamos crear, tiene impacto positivo en nuestra capacidad de hacer realidad esa visión y en la manera en que nos sentimos mientras caminamos hacia su realización. Sin embargo no me resulta frecuente encontrar esta claridad. Lo habitual es cruzarme con gente que sabe lo que no quiere que suceda. La claridad surge de la atención, y si no le prestamos atención a lo que queremos, ¿será por que no nos importa definir a dónde deseamos ir? Como en el caso de Alicia:

“Minino de Chesire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?”, preguntó Alicia al Gato. “Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar”, dijo el Gato. “No me importa mucho el sitio…” dijo Alicia. “Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes”, dijo el Gato. Charles “Lewis Carroll” Dodgson, (matemático y escritor inglés), Alicia en el País de las Maravillas, 1885.

El lenguaje que utilizamos cuando hablamos de objetivos a alcanzar, refleja esta conciencia que se extrapola al tema de la visión.

“No podemos perder este cliente.”
“No quiero quedar mal ante mi jefe.”
“Veamos que hacer para que no demoren más la aprovación del plan de inversiones.”
“No quiero quedarme sin trabajo.”
“Tenemos que evitar que el equipo se desmotive.”
Es muy distinto vivir para que no pasen cosas que vivir para que pasen ciertas cosas. En el primer caso nos mueve el miedo, en el segundo el amor y el entusiasmo. Sobre todo esto reflexiono en el siguiente breve video.



En palabras simples: Dedicar tiempo a enunciar la visión del futuro en cuya generación nos apasionaría participar, resulta una inversión que aporta un valor destacable como retorno. Y desarrollar la práctica de percatarnos de lo que queremos y desde allí expresarlo en positivo, nos ayuda a ser más efectivos y pasarla mejor al perseguir nuestros objetivos.


Por Andrés Ubierna

No hay comentarios.:

AddThis

Share |