martes, julio 12, 2011

El gobierno local y la RSE

Sería difícil de comprender que una empresa alegara actividades de RSE si no ha cumplido o no cumple con las normas que, integralmente, recaen y regulan su funcionamiento. Por Dr. Cristian Breitenstein (*)

La responsabilidad social empresarial (RSE) o corporativa (RSC) se ha definido como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación valorativa, competitiva y su valor agregado.

Desde el punto de vista de las organizaciones, la medición de su desempeño en esta materia, se conoce como el "triple resultado".
Este nuevo paradigma, cuya instalación en la agenda corporativa se remonta a los últimos veinte años, va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas, ya que su respeto y su estricto cumplimiento deben darse por supuestos.
Por ejemplo, la legislación laboral y las normativas relacionadas con el medio ambiente son el punto de partida de la responsabilidad ambiental.
Respetar estas reglas básicas no se corresponde con la RSE, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad.
Por lo tanto, sería difícil de comprender que una empresa alegara actividades de RSE si no ha cumplido o no cumple con las normas que, integralmente, recaen y regulan su funcionamiento.
En resumen, la Responsabilidad Social Empresarial necesita, como punto de partida, el hacer negocios basados en principios éticos y apegados a la ley, ya que la empresa tiene un rol ante la sociedad y ante el entorno en el cual opera.
En estos términos, la RSE no es una cultura de la filantropía, porque no se busca que las empresas se conviertan en obras de beneficencia.
Lo que implica, y en esto el Estado tiene un importante rol que cumplir, es que las empresas adopten una postura activa y responsable en torno al impacto de sus operaciones y su contribución al desarrollo del medio en donde actúan.
A partir de allí, esta cultura será una forma de hacer negocios que le garantizará mayor sustentabilidad en el tiempo y promoverá su crecimiento.
La RSE es el rol que le toca jugar a las empresas a favor del Desarrollo Sostenible, es decir, a favor del equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el medio ambiente.
Las empresas deben pasar a formar parte activa de la solución de los retos que tenemos como sociedad, por su propio interés de tener un entorno más estable y próspero.
La empresa puede orientar sus prácticas responsables hacia su interior y hacia afuera. Desde nuestra visión, nos enfocamos en lo segundo.
Pero claro que una empresa socialmente responsable debe serlo, en principio, desde su interior porque si la compañía no enfrenta problemas internos, sus colaboradores se identifican con ella y tiene una trayectoria transparente en términos del cumplimiento de la ley, se dan las bases para garantizar un mayor éxito en el resultado de sus acciones y obtiene mayor legitimidad para sus prácticas hacia lo externo.
Por todos estos argumentos, es evidente que la sociedad actual demanda que las organizaciones y compañías, reconozcan su capacidad de ocasionar serios impactos negativos sobre el medio, en sus dimensiones social, natural y económica; por lo que deben ser totalmente responsables en la gestión de la actividad empresarial.
La responsabilidad en este sentido, no reclama sólo la ética individual de las personas que componen las empresas, sino que la sociedad ve en la organización en sí misma a un ente con responsabilidad propia económica, social y medioambiental a la que debe exigírsele comportamientos acordes con dicha responsabilidad.
En definitiva, la RSE es, probablemente, uno de los más complejos retos que enfrenta la gestión empresarial, y el éxito radicará en la habilidad para prosperar trabajando con todos los actores sociales y económicos, públicos y privados.
Ahora bien, más allá de las diferentes acciones que las compañías planean y desarrollan, hacia adentro y hacia la comunidad que convive con ellas, por su propia iniciativa, reivindicamos nuestra propia responsabilidad como gobierno local para planificar, proponer, direccionar y cogestionar los temas definidos como demanda de la sociedad o aquellos a los que les hemos asignado valor estratégico para un desarrollo sustentable de nuestra ciudad.
Es que, así como la RSE es uno de los grandes desafíos para la actividad empresarial corporativa, que se ha instalado en la sociedad moderna de los últimos años, nuestra gestión de gobierno ha incorporado los aspectos superadores de otro nuevo paradigma, también devenido en los últimos tiempos, cual es el aprovechamiento de las ventajas de coordinar acciones con mecanismos de cogestión público privada.
El Estado municipal tiene la responsabilidad indelegable de pensar e interpretar las necesidades de la comunidad cuyo gobierno le toca administrar. Y asumimos esto como una convicción que nos demanda ser los orientadores y articuladores de las herramientas que nos conduzcan a satisfacerlas.
Y en este sentido, tenemos varios ejemplos, donde algunos de los cuales ya han empezado a arrojar resultados visibles a favor de la sociedad y otros están transitando los tiempos de su implementación.
En el marco de lo cultural, lo turístico y de las relaciones externas de nuestra ciudad, hacia el país y el mundo, se destacan los resultados valiosos de la actividad del COPROTUR y de la Casa de Bahía Blanca en Buenos Aires que, a través del diseño de programas y financiamiento compartido, han permitido el desarrollo de actividades inéditas para Bahía.
El Plan Director para el Desarrollo Urbano Territorial de Ingeniero White es, tal vez, el ejemplo más contundente de conducción pública consensuada con el compromiso y aporte económico del complejo industrial para contribuir a la puesta en valor de nuestra localidad portuaria, que necesita imperativamente recuperar esplendor.
La creación de una Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en la órbita municipal, con la participación del sector científico, académico y de las empresas privadas permitirán la generación y respaldo a emprendedores de base tecnológica, apoyando al talento local y sentando las bases de una actividad de altísimo valor agregado de origen bahiense.
Dos ejemplos fantásticos, uno de capacitación e inclusión laboral y el otro del tránsito a la reducción, recuperación y reciclaje de la basura urbana, son los que se están llevando adelante con una compañía petroquímica y sectores académicos.
El primero es el Programa Buen Trabajo que se lleva adelante en el centro de capacitación del Parque Industrial con la participación de la Facultad Regional local de la Universidad Tecnológica Nacional y la empresa Dow, donde se preparan recursos humanos calificados con rápida salida laboral.
El segundo es la próxima iniciación del Programa Piloto en diferentes barrios de la ciudad de la separación en origen de los residuos urbanos domiciliarios que, con el apoyo de todos los vecinos, esperamos produzca un cambio decisivo en el manejo de la basura, genere trabajo y valor en las ecoplantas y nos permita ir marcando el tránsito hacia el desarrollo de energías limpias y más cuidado del ambiente.
Celebramos que la Responsabilidad Social Empresaria haya ingresado definitivamente en la agenda de las corporaciones y, desde la que nos toca como gobierno, comprometemos nuestro liderazgo para continuar articulando consensos y planificando acciones que permitan canalizarla hacia las mejores demandas de la comunidad.


(*) Intendente Municipal de Bahía Blanca.

No hay comentarios.:

AddThis

Share |