miércoles, septiembre 07, 2011

Que es el Mobbing




El acoso laboral es una práctica común, producto de falta de liderazgo, rivalidad, envidia, celos, e incluso, como método para que un empleado renuncie. Cuidado con las agresiones verbales y psicológicas, ya que dejan secuelas importantes.

El acoso laboral va más allá de molestar y bromear con alguien, consiste en distanciarlo de todo, jugar con su psique y convertirlo en un títere de su jefe, de sus iguales y de la empresa hasta que dude de sí mismo.

Mónica empezó a trabajar en una instancia gubernamental muy emocionada, le habían ofrecido una posición subdirectiva y un sueldo bastante competitivo. El primer trimestre todo caminó como esperaba: tenía mucho trabajo, pero esto se veía opacado por el entusiasmo y pasión por su labor.

Lo malo fue que el cuento de hadas pronto se convirtió en una pesadilla: su jefa comenzó a tener desplantes de agresión verbal que pronto se deslizaron al terreno psicológico a tal grado que la hizo dudar de sus capacidades profesionales, fulminó su autoestima y durante casi cinco años lo único que la hizo pensar era que ella estaba mal.

Esta mujer, al igual que muchas otras personas, fue víctima de lo que se conoce como mobbing o acoso laboral, un fenómeno cada vez más presente en la iniciativa privada y el gobierno. La definición quizá más adecuada es “el maltrato verbal de una o varias personas hacia un individuo can el fin de dejarlo sólo y en el vacío”. Sin embargo, este acoso tiene más secuelas que la simple soledad, afecta la vida personal, profesional y social.

Si ahondamos más en el tema, el mobbing se presenta de manera vertical: de jefes a empleados o viceversa, así como de manera horizontal: entre compañeros del mismo grado. Las razones de ataque son diversas, pero principalmente se trata de celos, envidias, estrés mal canalizado, falta de liderazgo a que el empleado renuncie.

Empresas a revisión

Según Pedro Borda, presidente de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh) con base en estudios realizados, 64% de los entrevistados ha sufrido mobbing, otro 33% dijo que jamás había sido molestado, mientras 16% ha sido testigo de esta situación en los lugares de trabajo.

“Las encuestas de clima laboral deberían incluir preguntas sobre mobbing ya que esta situación es cada vez más común en las empresas y no existe una forma dará de identificarlo”, asegura.

El principal detonador del mobbing es la alta competitividad que las empresas solicitan de sus integrantes y se traduce en rivalidad, competencia poco saludable, resentimiento y frustración por parte del acosador, que dirige a una persona esta carga con el fin de hundirla en la esfera empresarial.

En un principio, Mónica pensó que las agresiones por parte de su jefa eran sólo causa del estrés diario, pero la alteración del horario laboral a un esquema que ella cataloga como ‘negrero’ de 8 de la mañana a 11 de la noche, llamadas inusuales en la madrugada para recabar información correspondiente al trabajo y una constante campaña de desprestigio contra ella frente a sus compañeros hicieron que comenzara a dudar de sus capacidades.

“El mobbing se da por la distorsión de la comunicación o información, además de por envidias, problemas de jerarquía, afecciones al status quo. También, cargar el trabajo a una sola persona se puede catalogar como acoso. Siempre deben quedar claras cuáles son tus responsabilidades para evitar estos problemas. La cultura organizacional, así como la comunicación interna y los departamentos de recursos humanos deben estar en constante revisión para evitar casos de acoso”, indica Francisco Franco, coach de desarrollo personal.

Agrega que el trabajo debe ser muy inspirador pero si a la gente se le pide más de lo que debe y puede hacer, habrá problemas: “La persona se convierte en una maquina que sobrevive a su trabajo, vive para complacer al jefe y empieza a dudar de si misma.
Se pregunta si le piden más porque puede hacerlo o porque no hace lo suficiente”.

Por si fuera poco, la Asociación Mexicana Contra el Mobbing insta a que los lideres sean medidos, además de por su entrega de resultados, en su trato con la gente.

“Las cabezas en los trabajos deben tener cierta capacitación. Un jefe no es el que pasa por encima de los demás, sino el que crea equipo. Es necesario conocer la capacidad de los jefes, no sólo para las estrategias también para establecer comunicación, entender sus debilidades y convertirlas en mejoras”, sugiere el coach.

La instancia gubernamental a la que Mónica pertenecía brindó a su área cursos para mejorar el ambiente laboral, limar asperezas entre iguales y lograr una comunicación con jefes y subordinados por igual. Pero al terminar el curso nada de esto se llevó a cabo y el mobbing continuo.

Mobbing o Hipersensible

Hay empleados problema. Hay jefes aún más problemáticos. Y por supuesto que hay acoso, pero uno de los conflictos principales a los que las empresas, departamentos de recursos humanos, e incluso legales, se enfrentan es al momento de discernir entre un empleado víctima de abuso y acoso de terceros, a un empleado hipersensible que gusta de buscar problemas.

“Antes de empezar una investigación en la empresa en en un caso de acoso, es necesario examinar a los sujetos en cuestión, ver su comportamiento en la oficina y descartar alguna otra problemática”, asegura Franco.

Carlos Rodríguez, presidente de la Asociación Mexicana contra el Mobbing, menciona que algunos de los síntomas que las empresas muestran cuando el mobbing se sale de control son: pérdida de talento, alta rotación de personal, baja productividad y deterioro en el clima laboral.

Por su parte, identificar a un empleado víctima de un acosador es también sencillo: el empleado está constantemente decaído, deja de ser propositivo, sufre de estrés, tiene insomnio y su apetito se ve afectado de igual manera.

Aunque el mobbing se da principalmente con agresiones verbales, éstas se convierten en un maltrato psicológico que después se manifiesta en enfermedades psicosomáticas y depresión profunda que en muchos casos debe ser tratada.

“Al principio pensaba ‘¿estoy mal en lo que hago?’, luego cuestionaba mi propio valor personal, incluso creí que no tenía la capacidad de hacer mi trabajo. Aguante por miedo a no salir adelante, porque pensaba que esa era la oportunidad de mi vida, que no tendría otra. Esto afecto a mi familia y se convirtió en una situación enfermiza”, narra Mónica.

Cuando su trabajo en el gobierno termina, se sintió liberada, sin embargo, durante muchos años ha estado en tratamiento antidepresivo.

“Lo que más lastima a una persona es el daño psicológico. El área de recursos humanos debe darse cuenta de estas situaciones para evitar heridas de por vida”, subraya Pedro Borda, presidente de Amedirh.

El que no habla…

Al igual que en otras situaciones de acoso o violencia, la gente no denuncia las situaciones por muchas causas. En el caso de Mónica, su temor era que su palabra no fuera prueba suficiente contra los abusos que sufría.

Borda asegura que el miedo a denunciar los abusos obedece a que: “No quieren que los cataloguen como ‘chismosos, cobardes o poco aguantadores. Quizá, el factor más importante para no interponer una denuncia es la confidencialidad, pues tanto la víctima, como los testigos creen que la instancia (recursos humanos, jefes directos, abogados, etcétera) divulgará lo que dijo y perderá credibilidad”.

Francisco Franco, coach en desarrollo personal, aconseja que la mejor forma de parar el mobbing, sin la intervención de terceros, es confrontar a la persona y marcar los límites.

Por su parte, Borda asegura que si no hay denuncias, el fenómeno se incrementará y a las empresas les costará trabajo controlar esta situación en el mediano plazo.

“La Ley Federal es muy escueta en cuanto al acoso laboral, sólo dice que los patrones están obligados a guardar a los empleados la debida consideración, ¿y eso que significa?”, inquiere Borda.

El miedo, según. Franco, no debe detener a las víctimas del acoso laboral, “Un mal día no significa que todos serán iguales”, señala.

“Acepté participar en este artículo porque quiero que le sirva a la gente de inspiración. No tienen por qué tolerar esto, para que haya un abusador debe hacer un abusado y eso no es justo. Si las personas tienen miedo de quedarse solas en el proceso, no se apuren, con uno que alce la voz tendrá el apoyo de otros que han sufrido lo mismo”, afirma Mónica.

Con el mobbing no sólo el empleado pierde la confianza en sí mismo, la empresa carga con perjuicios económicos, desprestigio general y la desconfianza de su sector. Evitarlo, combatirlo y erradicarlo no sólo es una estrategia de negocios, es un acto de responsabilidad personal.

Fuente: Revista Mujer Ejecutiva, p. 14-18.
Por: Bernardo Flores Heymann.
Publicada: Agosto de 2011.

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