Ecología humana en la empresa: por una RSE centrada en las personas

Un informe publicado recientemente en España muestra que el 90% de las empresas madrileñas cree que la aplicación de políticas de conciliación de la vida familiar y laboral aporta más beneficios que costos, y que la mayor ventaja que perciben estas compañías es la mejora de su imagen de marca. Esta noticia permite una doble lectura: positiva, considerando la convicción que tienen cada vez más ejecutivos de lo necesario que es incorporar prácticas familiarmente responsables en la gestión corporativa; negativa, si se la toma como evidencia de que todavía hace falta un profundo cambio cultural para que las empresas apuesten por la conciliación como parte de su misión, con la mirada puesta en las personas, con visión de largo plazo, y no sólo atendiendo al impacto inmediato en su reputación.

La ecología humana es lo que hace que el ser humano se desarrolle conforme a su propia naturaleza, es decir, que encuentre el equilibrio y la armonía entre su ser individual, su familia y su profesión. La empresa tiene el deber ético de proteger ese ecosistema humano con una gestión integral que incorpore la RSE como variable estratégica; que no sólo responda a normativas, sino que tenga una preocupación genuina por las personas que integran la organización, potenciando su crecimiento y favoreciendo su rendimiento y productividad. De ese modo se garantiza que las políticas de conciliación no se limiten al cumplimiento de exigencias correspondientes a un determinado perfil de colaboradores, sino que se hagan extensivas a todos los grupos de interés dentro de la empresa (de acuerdo con su jerarquía en la organización y con sus condiciones familiares particulares) y así ésta logre ser humanamente (y no sólo económicamente) eficiente.

“Somos ecologistas y estamos concienciados sobre la importancia del medio ambiente, pero ignoramos que estamos despreciando la ecología humana”, ha dicho la experta en conciliación Nuria Chinchilla. Eso “con el business is business, que impide que tratemos con personas completas (y, por tanto, que puedan formar familias y ejercer su rol como padres y madres o hijos de padres dependientes)”, es decir, con la ausencia de medidas reales y efectivas de conciliación.

De ahí entonces el llamado urgente a pensar en la ecología humana, en “el cuidado y protección del ambiente humano personal más adecuado para la educación y maduración de las nuevas generaciones de ciudadanos”, con las palabras de Cristián Conen, jurista y catedrático de Derecho de Familia, en este artículo. “La familia es ese hábitat ecológico personal”, ha dicho, y en la plenitud de la relación entre ese ámbito, el personal y el laboral, está la clave de la sustentabilidad humana.

Con este tema tendré la ocasión de participar en el I Congreso Virtual de RSE: “Rumbo a una gestión integral de las organizaciones”, con la ponencia titulada “Empresas familiarmente responsables: en defensa de la ecología humana”.

Fuente:http://donaremundo.com/2010/09/ecologia-humana-en-la-empresa-por-una-rse-centrada-en-las-personas-congresorse/